El tiempo siguió transcurriendo a paso firme en la vida de Sofía, cada día sentía que el amor era el motor que la impulsaba a disfrutar cada amanecer junta a aquel ángel que Dios le había enviado y esperando que llegara el momento de estar con el amor de su vida sin tener que volver a separarse.
Cada mes se reunía con el que ella llamó desde un principio "el amor de su vida"; cada mes él recorría los aproximadamente 300 kilómetros que los separaban para pasar aunque fueran unas horas juntos, como los mejores amantes, como una hermosa familia.
Uno de los mayores sueños de Sofía (al igual que el de la mayoría de las mujeres) era algún día poder casarse con aquel hombre que le robaba el aire y los latidos, pero a medida de que pasaba el tiempo, a pesar de amarlo cada día más, se sentía mas lejos de esa esperada realidad. Y justo en el momento en que ya casi se resignaba a seguir esperando, Sofía recibió un esperado pero extraño llamado telefónico. Era la voz inconfundible de aquel personaje que llenaba sus sentidos, él que nerviosamente buscaba las palabras para pedirle que se casaran.......



(continuará)